(fotografía de Grupo GEES Spain)

El Grupo Especial de Escoltas, Emergencias y Seguridad (GEES Spain) ha tenido a bien reconocerme por «haber sobresalido en el cumplimiento de sus obligaciones, por su ética, fiabilidad, solvencia y excelencia en su forma de llevar a cabo el ejercicio de la profesión y, por tanto, suponer un ejemplo a seguir». Un día de esos que difícilmente se olvidan.

Todo empezó hace unos meses, a finales de 2021, cuando recibí una llamada del Presidente de GEES Spain -¡gracias por todo, Diego!- para explicarme que iba a ser reconocido con una condecoración otorgada por esta organización de carácter consultivo en Naciones Unidas, formada, fundamentalmente, por integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a los que se suman, Fuerzas Armadas, servicios médicos, servicios de urgencias, psicólogos, juristas, periodistas, jueces, magistrados, fiscales, y diversos cargos públicos y autoridades. Se trata de una condecoración que se concede cada año a veinte personas divididas en dos categorías: Universitas Summa Cum Laude y Reconocimiento al Mérito y el Sacrificio.

Diego me explicó por qué consideraban que en mi persona concurrían las circunstancias que me hacían merecedor del Reconocimiento al Mérito y el Sacrificio, algo de lo que omitiré unos detalles que -por su valor personal- prefiero guardarme para mi solo. 
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(fotografía de Grupo GEES Spain)

Respecto de los principios de la Institución, ésta los basa -literalmente- en el «objetivo de mejorar cada día nuestra sociedad, haciéndola más libre, justa y participativa en todo el territorio nacional y fuera de nuestras fronteras, ya que ese espíritu debe llegar allí donde estén los compatriotas expatriados por el cumplimiento del deber y su trabajo les requiera estar de forma puntual, eventual o indefinida».

No estáis solos, Diego. En su esencia, son principios que -afortunadamente- son compartidos por muchísimas personas de todas las edades.

Hoy, vuestro reconocimiento me ha llevado a reflexionar sobre el hecho de que, en España, la realidad se empeña en recordarnos cada día que aún es posible tanto premiar como castigar a las personas exactamente por los mismos motivos. Los repito: «haber sobresalido en el cumplimiento de sus obligaciones, por su ética, fiabilidad, solvencia y excelencia en su forma de llevar a cabo el ejercicio de la profesión y, por tanto, suponer un ejemplo a seguir». Mientras esto ocurra, algo se estará haciendo mal en nuestra Sociedad.

Muchas gracias por saber premiar y por saber reunir a personas tan grandes como las que hoy he podido conocer un poco mejor. Son un auténtico bien escaso.